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Las gynoïdas aparecen en la novela "Pioneros" . Al origen, fueron androïdes a morfología femenina creados para el placer del varón. Tres de estas geishas artificiales fueron programadas de nuevo para explorar Hôdo y examinar el comportamiento de los primeros humanos sobre el nuevo planeta. Estos tres autómatas se nombraron ellas mismas "gynoïdas" y fueron las primeras representantes del "Homo syntheticus". El homo syntheticus vive en sinergia con el homo sapiens. Sobre Hôdo, vive no tiene que ocultar su naturaleza. Posee una paleta emocional comparable a la de su primo orgánico, pero la agresividad fue substituida por un motor de "creatividad". Aunque casi no sea emotivo, tiende a ser muy sensible al aprecio que el humano le da. Esta característica de carácter viene de la función inicial: "agradar al hombre". Por coquetería, evita dañar su piel, más frágil que el del humano, y que cura más dificilmente. Es excelente para la precisión, la memoria y la rapidez de algunas operaciones intelectuales y manuales. Por el contrario, no se desplaza rápidamente, y no nada absolutamente. Además, sufre de una falta de autonomía ya que posee dos cerebros: un pesado, estático, conteniendo sus conocimientos, y un pequeño que solo le da su personalidad. Lejos de un ordenador central, dispone de poca memoria para acordarse de la parte fundamental de sus actividades en curso, y no tiene más conocimientos enciclopédicos. La reproducción de los homo syntheticus es hecha por el intercambio de información estática de la gynoïda y dinámica del androïde. La atribución del sexo se determina aleatoriamente tanto que uno de ellos no es inferior al 40% de la población local. El nuevo nacido, que tiene una estructura de adulto, se confía a padres humanos. Se convierte en miembro a parte entera de la familia hôdona que le adopta. |
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